Y se apagó la Torre Eiffel en homenaje a nuestro presidente Jacques Chirac.

Y se apagó la Torre Eiffel en homenaje a nuestro presidente Jacques Chirac.

Por: Annie Oillic – Fotografías: Encabezado por Reuters – Foto en artículo por Derek Hudson / Getty Images pour Le Monde

Desde el jueves una serie de homenajes en el Palacio de Elíseo y en el Hotel de los Inválidos han permitido a miles de franceses firmar el registro de condolencias.

Esta mañana la ceremonia militar y la misa en la iglesia Saint Sulpice reunió alrededor de su familia a 80 representantes de países extranjeros, del gobierno actual y de los que fueron sus colaboradores.

Jacques Chirac tuvo una larga carrera política de 40 años en Francia, ocupando puestos de ministro, de alcalde de Paris durante 18 años y presidente de la república en el período 1995 – 2007, 12 años.

Entre algunos de los hechos más significativos que marcaron su trayectoria, podemos destacar que en 1995, en conmemoración de los arrestos del Velódromo de invierno en Paris, donde miles de ciudadanos judíos fueron arrestados y deportados a Alemania, fue el primer presidente en reconocer la responsabilidad de Francia bajo el régimen de Vichy, pidiendo perdón por dicha acción. También en 2002, en Johannesburgo, durante el 4to encuentro mundial sobre el clima, lanzó su famosa frase:

«Nuestra casa arde y no lo vemos,no podremos decir que no sabíamos», anticipando la situación que estamos atravesando.

Se le recordará tambien como el presidente que en 2003, se opuso con coraje a la intervención militar de USA contra Irak, alertando sobre las consecuencias de terrorismo internacional.

En 2006, inaugura el Musée du quai Branly – Jacques Chirac, museo etnológico donde expresó su pasión por las antiguas culturas del mundo entero. Fue su jardín secreto, su interés inmenso por el origen de todas las civilizaciones. Es importante recalcar la importancia de las obras de América del Sur que incluye piezas de Perú.

Pero, encima de todo, quedará en el corazón de los franceses como el más cordial y familiar presidente, accesible a todos y amante de la cocina francesa. No se olvidará tampoco su inmenso sentido del humor y su sentido profundo de la amistad, que le hizo ganar el aprecio tanto en Francia como en muchos otros países del mundo, incluyendo varios países como son Japón, Marruecos y otros países del Medio Oriente.

La celebración íntima de ayer en los Inválidos contó con los representantes religiosos católicos, musulmanes, judíos y budistas, comunicando al país un último mensaje de tolerancia y universalidad.