Por Mayra Calderón.

Todos queremos que nuestros niños triunfen, que se lleven bien con los demás y que el ambiente en el que desenvuelvan sea positivo para ellos, pero ¿Cómo lograrlo?. La base de una buena convivencia es la armonía, las interacciones de calidad basadas en la tolerancia, entendida como ser respetuoso, indulgente y considerado con los demás; cualidad en la que todo niño puede iniciarse desde edades muy tempranas.

Ahora las neurociencias nos demuestran que el cerebro social del niño es tremendamente receptivo a las emociones (gestos, tonos de voz, actitudes afectuosas, etc) de las personas que los rodean y de manera muy especial, de sus padres. Aprovechando esta sensibilidad y para generar una sociedad basada en el respeto mutuo, en la que el civismo y la consideración por el otro marquen la diferencia, tenemos que invertir en estas pequeñas costumbres sociales a las que a veces nosotros mismo, los adultos, no les prestamos la debida atención.

Siempre he conversado con los papás de mis niños que yo veo el arte de educar como el llenar de herramientas una pequeña mochila que acompañará a nuestros hijos durante toda su vida y les recordará de dónde vienen y cómo es que llegaron estas herramientas a su mochila; pues como bien se dice “la educación no va a cambiar al mundo, cambia a las personas que van a cambiar el mundo”, es decir, nuestros hijos.

Dar las gracias, pedir por favor, decir buenos días, va más allá que una simple cortesía, es un arma de poder en el cerebro infantil. Entre los 2 y los 7 años, edad que Piaget denominaba “estadio de inteligencia intuitiva” es una etapa en la que los niños a pesar de vivir en un mundo bastante más marcado por las acciones de los adultos, poco a poco van a ir despertándose, participando en las conversaciones, dando su opinión, aprendiendo que el universo va más allá que sus propias necesidades, descubren la empatía, el sentido de la justicia y de la reciprocidad.
La reciprocidad como un gran valor social, cuando un niño pide las cosas por favor y termina con un gracias, al inicio puede ser un acto meramente social, luego descubrirán el verdadero valor, el dar importancia a la amistad, saber lo que implica la responsabilidad afectiva, el entender y disfrutar de la colaboración, el atender a las necesidades ajenas o diferentes a los propios, es decir, los valores que conforman su inteligencia social.

Los neurocientíficos nos recuerdan que el sistema neuronal de un niño está programado para contactarse con los demás. Entonces, un niño que es tratado con respeto, que está acostumbrado a escuchar la palabra “gracias” o “por favor” tarde o temprano entenderá el efecto de tratar con respeto al otro, y poco a poco entenderá cómo esta pequeña acción revierte en él, porque tratar con respeto a los demás es también respetarse a uno mismo.

Tenemos ya tres palabras claves para iniciarnos en este nuevo camino: CONVIVENCIA, RESPETO, CORTESÍA

¿Cómo empezamos? Les ofrezco estrategias que pueden tener en cuenta:

• ¿Has llegado o entrado en algún lugar?  Saluda con un buenos días
• ¿Te vas?  Despídete
• ¿Quieres que hagan algo para ti?  Pídelo por favor
• ¿Te han hecho un favor? ¿Has recibido algo?  Da las gracias
• ¿Te están hablando?  Escucha
• ¿Te han hablado?  Responde
• ¿Tienes algo que no es tuyo?  Devuélvelo
• ¿Tienes algo?  Compártelo
• ¿Te equivocaste?  Discúlpate

Sin duda alguna, estas pequeñas acciones cambiarán nuestro entorno, nos harán mas felices y tenerlos en la mochila, no pesa.

Nous voulons tous que nos enfants réussissent, s’entendent bien avec les autres et que l’environnement dans lequel ils évoluent leur soit favorable, mais comment y parvenir?.  Une bonne coexistence repose sur l’harmonie, des interactions de qualité fondées sur la tolérance, respectueuses, indulgentes ; qualités que chaque enfant peut développer dès le plus jeune âge.

Maintenant, les neurosciences nous montrent que le cerveau social de l’enfant est extrêmement réceptif aux émotions (gestes, tonalités de voix, attitudes affectueuses, etc.) des personnes qui les entourent et, de manière très particulière, de leurs parents. 

Profitant de cette sensibilité pour créer une société basée sur le respect mutuel, dans laquelle la civilité et la considération de l’autre font la différence, nous devons investir dans ces petites habitudes sociales que parfois nous les adultes, nous finissons par oublier ! Soyons vigilants!!!. 

J’ai toujours parlé aux  parents de mes élèves pour leur apprendre l’art de remplir un petit sac à dos avec des outils qui les accompagneront tout au long de leur vie et leur rappeler d’où ils viennent et comment ces outils sont arrivés dans leur sac à dos; parce que, comme on l’a bien dit, «l’éducation ne changera pas le monde, elle changera les personnes qui vont changer le monde», c’est-à-dire nos enfants.

“Merci, demandez s’il vous plaît, bonjour,”  cela va au-delà d’une simple politesse, c’est une arme de pouvoir dans le cerveau de l’enfant. Entre 2 et 7 ans, Piaget appelle ce stade «stade de l’intelligence intuitive» un stade dans lequel les enfants, même s’ils vivent dans un monde beaucoup plus marqué par les actions des adultes, se réveilleront petit à petit , participant aux conversations, donnant leur avis, apprenant que l’univers va au-delà de leurs propres besoins, ils découvriront l’empathie, le sens de la justice et la réciprocité.

La réciprocité est une grande valeur sociale.  Quand un enfant demande quelque chose avec “ s’il vous plaît “et  termine par un merci, au début cela peut être un acte purement social, mais ensuite il donne de l’importance à l’amitié . Il apprendra petit à petit , ce que la responsabilité  affective implique, il appréciera la collaboration, il répondra aux besoins d’autres personnes ,différentes de lui, et il accédera aux valeurs de l’intelligence sociale.

Les neuroscientifiques nous rappellent que le système neuronal d’un enfant est programmé pour contacter d’autres personnes. Ensuite, un enfant traité avec respect, qui est habitué à entendre le mot «merci» ou «s’il vous plaît», comprendra tôt ou tard l’effet de bien traiter  l’autre, et comprendra progressivement comment cette petite action le change, car traiter les autres avec respect, c’est aussi se respecter.

Nous avons déjà trois mots-clés pour commencer sur cette nouvelle voie: ??  COEXISTENCE, RESPECT, COURTOISIE

Comment  commence -t-on?  Je propose les stratégies suivantes:

• Tu arrives ou entres  quelque part? Dis bonjour 
• Tu t’en vas? Dis au revoir
• Tu veux qu’on fasse quelque chose pour toi? Demande-le : s’il vous plaît
• Est ce qu’on t’a rendu service? On a fait quelque chose  pour toi? :Merci beaucoup
• Est-ce qu’on te parle? Écoute
• In t’a parlé? Réponds
• As-tu quelque chose qui n’est pas à toi? Rends-le
• As-tu quelque chose? partage-le!
• Tu t’es trompé? Présente tes excuses!

Sans aucun doute, ces petites actions vont changer notre environnement, nous rendre plus heureux et les avoir dans notre sac à dos, ça ne pèse pas.